¿Emigramos del valle o esperamos a la próxima? (Noticias de Gipuzkoa, 20 de Enero)

TRIBUNA ABIERTA
¿Emigramos del valle o esperamos a la próxima?
* PRESIDENTE DE LA AAVV SARROETA AUZO ELKARTEA, DE MARTUTENE. PORTAVOZ DE LA COORDINADORA CIUDADANOS A FAVOR DE LA CUENCA DEL URUMEA-URUMEAREN ALDEKO BIZILAGUNAK, POR JOKIN SOTILLA DIEZ DE OÑATE
LA totalidad de las asociaciones de vecinos de los barrios y pueblos situados a la ribera del bajo Urumea, junto a todos los clubes deportivos de remo, rugby y futbol que desarrollan habitualmente sus actividades en el cauce del río o en la misma ribera, hemos visto la necesidad y conveniencia de aunar nuestros esfuerzos en defensa de la cuenca, constituyéndonos en una coordinadora que públicamente se ha presentado el pasado día 14 como Ciudadanos a favor de la cuenca baja del Urumea-Urumearen Aldeko Bizilagunak.
Y no es casualidad que todo el movimiento ciudadano del valle, independientemente de las opciones políticas de cada cual, perciba como algo perentorio y urgente la necesidad de contribuir con las instituciones en la búsqueda de soluciones al persistente problema de las inundaciones y desbordamientos del río, como a la situación caótica en que se encuentra un patrimonio natural de los más bellos y ricos de la geografía guipuzcoana. Esto es lo que nos convierte en interlocutores válidos para la Administración: no nuestras diversas tendencias políticas o ideológicas, sino nuestra común raíz ciudadana, y el hecho de haber sabido encontrar entre todos un mismo diagnóstico de la situación.
Porque si tenemos que defender nuestro valle -y permitidnos llamarlo nuestro aunque sea de todos-, no es de las inclemencias del tiempo ni de los cambios meteorológicos, sino de la ineptitud manifiesta y persistente de las administraciones. Comenzando por el actual Gobierno Vasco, que a su toma de posesión ya tenía los informes relativos al carácter cíclico de las inundaciones en la zona, así como los proyectos oficiales de ingeniería civil capaces de reducir y minimizar el impacto de las riadas, y en la etapa final de su legislatura sigue sin haber hecho nada ni presupuestado nada.
Para colmar nuestra exasperación, la Consejería de Medio Ambiente nos anuncia la elaboración de una mapa de áreas de riesgo para finales de 2013 -cumpliendo una Directiva europea de 2007-, y la promesa de aprobar un plan de gestión antes de 2015, eso sí avisándonos por medio de la Agencia Vasca del Agua, que siendo realistas, los primeros proyectos no pueden llevarse a cabo antes de diez años. Pero antes de diez años los estudios meteorológicos, y la propia experiencia del vecindario nos garantizan varias inundaciones, algunas de menos impacto, alguna otra grave.
Y la crisis económica no es coartada para permanecer en esa pasividad: los proyectos de ingeniería civil que en 2008 la misma Agencia Vasca del Agua transmitió al Ejecutivo con carácter de urgencia no suponían un costo mayor de 60 millones de euros. Los daños ocasionados solo por la riada reciente de noviembre de 2011 superan los 100 millones. Aunque las aseguradoras y el Consorcio no abonen globalmente mucho más del 50%. El resto, de los bolsillos de los ciudadanos afectados. ¿Emigramos del valle o esperamos a la próxima?.
Porque la causa última no es que esta cuenca baja del Urumea sea un lugar inhabitable, sino las voraces y desordenadas políticas urbanísticas de los municipios del entorno, así como el impacto desmedido de las nuevas infraestructuras y, en definitiva, la falta de control público sobre la invasión del asfalto y el hormigón. Y posteriormente, en los tiempos actuales, la ausencia de mecanismos de corrección por parte de Medio Ambiente, provocando que las riadas, conocidas desde siempre en la cuenca, tengan cada vez efectos más devastadores sobre las zonas habitadas.
Previamente a las inundaciones del pasado noviembre, la AAVV Sarroeta de Martutene que presido solicitó de la Agencia Vasca del Agua que realizase los trabajos de limpieza del cauce y de las riberas del río, que llevaban varios años sin realizarse. La respuesta que nos dio la Agencia es que, a denuncia del Servicio Provincial de Costas, les había conminado el pasado mes de abril, a detener los trabajos de limpieza por ser el río y su entorno competencia exclusiva de Costas. Y tal descoordinación interinstitucional nos resulta inaudita, teniendo en cuenta que el propio organismo de la Agencia URA es directamente dependiente de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco. Porque la limpieza del río es una necesidad constante y no solo una medida de máxima efectividad para limitar el alcance de las riadas. ¿Qué gobierno es este que no es capaz de coordinar una medida tan imprescindible, económica y aséptica con las instituciones estatales?
La riada del pasado 6 de noviembre alcanzó 1,60 metros de altura en el entorno de la escuela de Primaria Infantil en menos de una hora, y en horario escolar. Muchos de nosotros damos gracias todavía a la Virgen a quien está consagrada esa barriada, de que ese suceso no ocurriera en día laborable sino en domingo, cuando los parvulitos no se encontraban en el centro escolar. ¿Os imagináis el panorama de andereños y familiares intentando rescatar a los niños de las aguas cuando el torrente tenía fuerza suficiente para arrastrar y volcar, como lo hizo, a las zodiac de rescate?
Por nuestra parte no hay, sin embargo, ánimo alguno de litigio, venganza o descrédito de nadie, aunque a cada cosa, para poder entendernos haya que llamarla por su nombre. Nuestra única voluntad es colaborar con las instituciones en la resolución del problema que vitalmente nos afecta. Pero no se nos puede pedir ya más paciencia. Estamos abocados a exigir a los poderes públicos que todas las medidas necesarias y previstas se ejecuten; y que se ejecuten ya. Y a quienes desde el respeto a la verdad y la comprensión humanitaria habéis seguido el desarrollo de los sucesos no podemos dejar de solicitaros que os hagáis eco de esta exigencia.